lunes, 12 de enero de 2015

Diario de viaje a Bariloche en auto. Tercer dia


Nos levantamos después de un reparador descanso, completamos energías con el café de la mañana acompañado con dulces artesanales locales como el de rosa mosqueta. Mientras, el sol tempranero sobre el Nahuel Huapi cambia las pocas nubes del horizonte de rojos a bordeaux y a lilas. Fuimos al Centro Cívico a obtener información turística sobre paseos y lugares para visitar así como para cambiar dinero. 




A media mañana iniciamos el primer paseo en Bariloche, tomamos nuevamente la Avenida Bustillo hacia el aumadero Weiss, en la península San Pedro, a unos pocos kilómetros del Centro Cívico de San Carlos de Bariloche. En una pequeña cabana de madera ofrecen las mejores delicias regionales, allí degustamos trucha, salmón, ciervo, jabalí y diferentes tipos de quesos. Muy bueno para el aperitivo.



Siguiendo con las "dicas" de mi hermano Pablo fuimos, a almorzar al Hotel Amancay, que queda sobre la Bustillo en dirección hacia el Llao Llao. Este hotel pertenece a los funcionarios de Luz y Fuerza, algo así como el Parque de Vacaciones de UTE en Uruguay. Preciosa construcción con mucha madera, amplios livings con grandes ventanales al lago y ambiente sumamente acogedor, estaba abierto, pero fuera de temporada y no se veían los huéspedes. En el segundo piso el comedor, todo nuestro, desemboca en una terraza que domina desde lo alto Puerto Pañuelo desde donde se ven salir las embarcaciones hacia los paseos por el lago. Festejamos el cumpleaños de Washington en este esplendido lugar, almorzando trucha con diferentes salsas, a la manteca negra, al roquefort y a la naranja con puerros.

Para la tarde dejamos la visita al Llao Llao (requiere reserva previa), a la Capilla San Eduardo y después tomamos por la ruta de Circuito Chico que nos regala hermosas vistas. Justo para la hora del "algo rico" el camino entre los cerros nos lleva a Colonia Suiza, un pequeño valle con casitas de duendes donde sirven chocolates y tortas artesanales. También estaba cerrando una feria artesanal y nos enteramos que al mediodía habían preparado Curanto, comida mapuche adoptada por los suizos del lugar. En un pozo en el suelo y sobre piedras calientes se colocan los elementos del puchero y algo mas y se tapan con hojas de nalca, al rato esta pronto.

Para la noche nos esperaba una buena picada con las delicias del aumadero Weiss

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